¿Los problemas de conducta son una forma primitiva de comunicación?: La hipótesis
En el ámbito de la psicología y la educación especial, la hipótesis de problemas de conducta es una herramienta crucial para comprender y abordar las conductas desafiantes en las personas, especialmente en aquellos con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Dicha hipótesis se centra en la idea de que los comportamientos problemáticos son una forma de comunicación y tienen una función específica para la persona que los exhibe.
¿Qué nos quiere decir con su conducta?
Las personas autistas a menudo enfrentan desafíos en la comunicación y en las habilidades sociales. En algunos casos, cuando les resulta difícil expresar sus necesidades, emociones o preferencias de forma verbal, pueden recurrir a conductas que, para los demás, pueden parecer problemáticas. Por ejemplo, un niño autista podría realizar movimientos repetitivos o agresivos para indicar que está ansioso o incómodo en un entorno particular.
¿Qué logra o evita con ese comportamiento? ¿Qué está buscando?
Los comportamientos problemáticos pueden tener diferentes funciones. Algunos pueden ser mecanismos para obtener algo que desean (por ejemplo, atención, objetos, o estímulos sensoriales). Otros pueden ser estrategias para evitar o escapar de situaciones que encuentran aversivas (por ejemplo, demandas, entornos ruidosos, o interacciones sociales). Comprender la función de la conducta es esencial para desarrollar estrategias de intervención efectivas.
“Comprender la función de la conducta es esencial para desarrollar estrategias de intervención efectivas”.
La evolución de la conducta y su relación con el diagnóstico
Es importante señalar que la evolución de la conducta no necesariamente se relaciona con el diagnóstico de TEA, TDA (Trastorno por Déficit de Atención) u otros diagnósticos. Las conductas pueden cambiar con el tiempo debido a diversos factores como el desarrollo, el entorno, las intervenciones y las experiencias de vida, y personas con diferentes características pueden exhibir comportamientos problemáticos similares por distintas razones.
¿Es igual la función de la conducta cuando hay lenguaje a cuando no lo hay?
La función de la conducta puede ser la misma independientemente de si la persona tiene habilidades de lenguaje o no. No obstante, la manera en que se manifiesta la conducta puede variar. Una persona con habilidades de lenguaje desarrolladas puede utilizar palabras para comunicar sus necesidades o frustraciones, mientras que una persona sin habilidades de lenguaje puede recurrir a comportamientos no verbales para comunicar lo mismo. Pero ojo, también cuando hay lenguaje, hay que estar atentos para no quedarnos solo en lo que el niño dice verbalmente y dejar de prestar atención a lo que quiere conseguir con dicha conducta.
¿Porque es fundamental hacer un análisis funcional de la conducta?
Realizar un análisis funcional de la conducta es fundamental por:
#1 Identificación de las Funciones de la Conducta: Permite identificar qué función o propósito cumple un determinado comportamiento. Por ejemplo, si una persona autista se involucra en una conducta problemática, el análisis funcional puede ayudar a determinar si el comportamiento está dirigido a obtener atención, evitar una tarea, o responder a una sobrecarga sensorial.
#2 Desarrollo de Estrategias de Intervención Personalizadas: Al comprender las funciones de la conducta, los profesionales y cuidadores pueden desarrollar estrategias de intervención más efectivas y personalizadas. Esto se traduce en un abordaje que se ajusta a las necesidades específicas de la persona autista, en lugar de aplicar estrategias genéricas.
#3 Fomento de Habilidades de Comunicación Alternativas: Al entender las funciones de los comportamientos problemáticos, se pueden enseñar habilidades de comunicación alternativas que permitan expresar sus necesidades y deseos de manera más adecuada, reduciendo la dependencia de comportamientos problemáticos.
#4 Prevención de Escalada de Comportamientos Problemáticos: Al identificar tempranamente las funciones de un comportamiento y abordarlo adecuadamente, se puede prevenir que estos comportamientos se intensifiquen o generalicen a otros contextos, lo cual es particularmente importante en la etapa de desarrollo.
#5 Comprensión de Factores Ambientales: El análisis funcional también permite examinar cómo el entorno y los factores contextuales que afectan la conducta. Esto es esencial, ya que a menudo es necesario realizar ajustes en el entorno para apoyar a la persona autista de manera efectiva.
¿Cómo se realiza el análisis funcional?
Algunos pasos y consejos para educadores y familiares:
#1 Observar y Registrar: Antes de comenzar el análisis, es importante observar la conducta en diferentes entornos y situaciones. Es importante registrar cuándo y dónde ocurre, cuál es la respuesta de los demás, y cualquier otro evento que parezca desencadenarla.
#2 Identificar Antecedentes y Consecuencias: Hay que determinar qué sucede antes y después de la conducta. Los antecedentes son los eventos que ocurren inmediatamente antes de la conducta, mientras que las consecuencias son lo que sigue a la conducta.
#3 Hipótesis sobre la Función de la Conducta: Basado en la observación, desarrolle una hipótesis sobre cuál podría ser la función de la conducta. ¿Está la persona tratando de obtener atención, evitar una situación, comunicar una necesidad, o responder a un estímulo sensorial?
#4 Recopilar Datos de Múltiples Fuentes: Hablar con otros que estén familiarizados con la persona, como maestros, terapeutas, y familiares. Es importante recopilar datos de diferentes entornos para tener una visión más completa.
#5 Pruebas Controladas: En un entorno controlado, manipule los antecedentes y las consecuencias para ver cómo afectan la conducta. Esto debe hacerse con la guía de un profesional capacitado, como un psicólogo, psicopedagogo o analista de comportamiento.
#6 Desarrollar e Implementar Estrategias de Intervención: Basándose en la información recopilada, hay que desarrollar las estrategias que abordan la función de la conducta. Por ejemplo, si la conducta busca atención, enseñe formas más apropiadas de solicitar atención.
#7 Enseñar Habilidades Alternativas: A menudo es útil enseñar habilidades que sirvan como una alternativa a la conducta problemática. Esto podría incluir el uso de sistemas de comunicación por intercambio de imágenes (PECS), lenguaje de señas, o dispositivos de comunicación asistida.
#8 Monitorear y Ajustar: Una vez implementadas las estrategias, es vital monitorear su efectividad. Registre cualquier cambio en la conducta y esté dispuesto a hacer ajustes según sea necesario.
#9 Ser Consistente: Asegúrese de que todos los involucrados en el cuidado y educación de la persona autista estén utilizando las mismas estrategias. La consistencia es clave para el éxito.
#10 Buscar Apoyo Profesional: No dude en buscar la ayuda de profesionales especializados en análisis de comportamiento o en el tratamiento del autismo. Pueden ofrecer experiencia muy valiosa y orientación en el proceso.
¿Cómo se realiza una intervención apropiada?
Realizar una intervención apropiada no significa necesariamente extinguir la conducta, especialmente si esa conducta sirve a una función importante para la persona. En lugar de centrarse solo en eliminar una conducta problemática, es importante abordar los factores subyacentes y enseñar habilidades alternativas que puedan satisfacer la misma función de una manera más adecuada.
“Realizar una intervención apropiada no significa realizar una extinción de la conducta”.
#1 Análisis Funcional de la Conducta: Como se mencionó anteriormente, el primer paso es comprender cuál es la función de esa conducta y como esta le sirve al niño. ¿Está buscando atención, evitando una situación desagradable, tratando de comunicar una necesidad, o regulando la estimulación sensorial?
#2 Enseñar Habilidades de Comunicación Alternativas: Si la conducta está sirviendo como una forma de comunicación, hay que trabajar en enseñar habilidades de comunicación alternativas. Esto podría incluir el uso de sistemas de comunicación por intercambio de imágenes (PECS), lenguaje de señas, o dispositivos de comunicación asistida.
#3 Modificar el Entorno: Cambie el entorno en el que se desarrolla la conducta problemática, para intentar que sea menos probable que se desencadene la conducta. Esto podría incluir reducir distracciones, proporcionar un espacio tranquilo, o asegurarse de que las necesidades básicas estén satisfechas antes de una actividad.
#4 Estrategias de Reforzamiento: Felicite para alentar comportamientos alternativos y más apropiados. Cuando el niño o adulto utilice una forma de comunicación más adecuada o participe en una conducta deseada y proporcione siempre un refuerzo positivo.
#5 Enseñar Habilidades de Afrontamiento y Regulación: Si la conducta está relacionada con la regulación emocional o sensorial, enseñe habilidades de afrontamiento y estrategias de autorregulación. Esto podría incluir técnicas de relajación, uso de objetos calmantes, o estrategias de resolución de problemas.
#6 Colaboración y Consistencia: Trabaje en colaboración con todos los involucrados en el cuidado y educación del niño para asegurarse de que se estén utilizando estrategias consistentes en diferentes entornos.
#7 Establecer Expectativas Claras: Asegúrese de que el niño comprenda cuáles son las expectativas de comportamiento y cuáles son las alternativas aceptables a la conducta problemática.
#8 Monitoreo y Ajuste: Una vez implementadas las estrategias, monitoree su efectividad y esté dispuesto a hacer ajustes según sea necesario. Esto puede incluir ajustar el tipo de refuerzo, modificar el entorno o enseñar nuevas habilidades.
Hay que recordar que el objetivo no es simplemente extinguir una conducta, sino proporcionar a la persona herramientas y habilidades que le permitan comunicarse y funcionar de manera más efectiva y apropiada en su entorno.
Es importante ser paciente y mantener expectativas realistas, ya que el cambio de comportamiento puede ser un proceso gradual.
Razones por las que los problemas de conducta pueden ser vistos como una forma primitiva de comunicación
#1 Expresión de Necesidades y Deseos: Cuando las habilidades de lenguaje son limitadas, una persona autista podría utilizar conductas no convencionales para expresar necesidades y deseos. Por ejemplo, un niño que no puede verbalizar que tiene hambre podría empezar a llorar o patalear como una forma de comunicar su necesidad de alimento.
#2 Evitación de Situaciones Desagradables: Los problemas de conducta a menudo son una forma de evitar situaciones que son desagradables o incómodas para las personas autistas. Por ejemplo, una persona que encuentra un entorno demasiado ruidoso o abrumador podría golpear objetos o gritar para ser retirado de la situación.
#3 Búsqueda de Atención: En algunos casos, las conductas problemáticas pueden ser una forma de buscar atención. Un niño que no sabe cómo iniciar la interacción de manera adecuada podría recurrir a conductas disruptivas para obtener la atención de los padres, cuidadores o maestros.
#4 Regulación Sensorial: Generalmente, las personas autistas tienen diferencias en el procesamiento sensorial. Las conductas problemáticas pueden ser una forma de buscar estimulación sensorial o de regular la sobrecarga sensorial. Por ejemplo, un niño podría balancearse o golpearse la cabeza para regular la entrada sensorial.
#5 Expresión de Frustración o Dolor: Cuando una persona autista experimenta dolor, molestias o frustración y no tiene las habilidades de comunicación para expresarlo verbalmente, puede recurrir a conductas problemáticas como una forma de indicar que algo no está bien.
Trabajar en la persona, ambiente y familia es crucial para mejorar los problemas de conducta, debido a que estos tres elementos están intrínsecamente interrelacionados y tienen un impacto significativo en la conducta de la personas.
En un mundo donde las palabras a menudo dominan nuestra comunicación, es fácil olvidar que el lenguaje es sólo una forma de expresión. Debemos desarrollar la maravillosa habilidad de observar; de ver más allá de las palabras y de conectar con el alma de aquellos que utilizan otras formas de comunicación. Estar dispuestos a poner nuestra atención completa en la persona frente a nosotros y predisponernos a entender su mundo, sin juicios y sin suposiciones. Sabemos que dentro de cada conducta hay un mensaje, una petición o una expresión del ser interior. Prestar atención a lo que no se dice con palabras, nos permite conectarnos más profundamente con la esencia de quienes nos aman y necesitan, porque seguro, algo maravilloso tienen para enseñarnos y compartir <>
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Nota: Recuerda que este espacio no sustituye la consulta con un médico ni un diagnóstico profesional. Nuestro objetivo es proporcionarte información útil para ayudarte a comprender la neurodiversidad, visibilizar y potenciar los talentos de las personas neurodivergentes y acompañar a las familias a transitar este viaje de amor y entrega.
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Equipo Be Xtraordinary | Somos un equipo comprometido y apasionado compuesto por expertos en el desarrollo de herramientas de comunicación y tecnología que, a su vez, somos madres, padres, tíos, familiares y amigos de personas con autismo y otras características de la neurodiversidad. Nos dedicamos a desarrollar, crear y difundir herramientas y soluciones tecnológicas y de comunicación centradas en el empoderamiento, inclusión y reconocimiento del valor y potencial que las personas neurodivergentes aportan a la sociedad. Barbara Grane | Fundadora Be Xtraordinary
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